miércoles, 18 de marzo de 2020

Ética, décimo tres


Todo el mundo lo dice: “Juan es un hombre bueno, honrado e íntegro”. Todo un super papá. Juan está felizmente casado con María y tiene tres hijos: Joaquín (16 años), Raquel (15 años) y Manuel (14 años). Juan es siempre puntual en su trabajo. Bueno..., casi siempre. Algunos lunes se pone “enfermo”. Sus compañeros le creen, porque Juan es un hombre bueno. Suena el teléfono. Su cuñado ha tenido un accidente. Juan toma su coche para llegar pronto al hospital. ¡Vaya, la salida del garaje se encuentra taponada: una furgoneta se halla descargando!
 – Apártese, que tengo prisa, dice Juan.
 – No se impaciente, hombre, le responde el conductor de la furgoneta.
– Tengo mucha prisa. Apártese o llamo a la grúa.
– En seguida terminamos, hombre.
Juan llama a la grúa. Multa y todo lo demás. El conductor grita:
– ¡(una palabrota)! Juan no replica. Juan cree que las normas están para cumplirlas, y son normas para todos. A Joaquín, el hijo mayor de Juan, no le gusta el fútbol ni el baloncesto, prefiere entretenerse haciendo colecciones y trabajos manuales en casa. En su clase, lo más “in” es ser hincha del Real Madrid y ver los partidos de la NBA. Un día, en una discusión tonta, un compañero le dice: “eres un tío raro, no hay quien salga contigo”. Joaquín se siente dolido. Piensa que aunque no le gusta ir a jugar al fútbol, estaría encantado en quedar con sus compañeros de clase para ir al cine. De regreso del trabajo, Juan entra a comprar tabaco. Deja el automóvil donde puede. ¡Cómo está la circulación! Llega por detrás un coche y comienza a sonar la bocina.
– ¡Apártese, hombre, que molesta!
– ¡Un poco de paciencia. Que ya voy!, responde Juan.
– Apártese, o llamo a la grúa. Juan escucha la amenaza. A Juan le duele. Él es un hombre comprensivo con los otros, y le duele que los otros no sean comprensivos con él. Manuel, el menor de los hijos de Juan, es llamado “marica” por casi todos los compañeros de su clase porque tiene modales que parecen “afeminados” a los demás. Manuel se enfada y contraataca insultándose o pegándose. La cosa empeora. Juan ha sido citado
a las siete de la tarde por el director del colegio. Son las 9:30 cuando el director le recibe.
– ¿Sabe Ud. qué hora es?
– Sí, las siete y media.
 – ¿Cree Ud. que tengo el tiempo para perderlo?
– Discúlpeme, no he podido...
No valen las disculpas.
¿Qué seriedad enseñan Uds. a los alumnos, si Uds. mismos son los primeros que no cumplen? Para Juan hay que predicar con el ejemplo, incluso en los pequeños detalles. María, la mujer de Juan, es militante política de un partido de derechas. Hoy en el trabajo, discute con varios compañeros y uno le suelta: “tienes una facha asquerosa”. Ella le responde: “y tú un comunista endemoniado”. Juan está enojado por la poca tolerancia que hay en algunos ambientes de trabajo
Respondemos a las siguientes preguntas:
1. Es coherente Juan en todo momento?
2. Qué posibles prejuicios hemos descubierto en el texto
3. Y qué comportamientos intolerantes?
4. Cómo se debería afrontar cada situación intolerante del texto aceptando las diferencias?
5. Pasando a la vida real, enumera tres situaciones de intolerancia con las que te has encontrado en tu entorno cercano y sugiere propuestas para resolverlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DOFA